Determinantes sociales de la salud y alimentación

¿Te has preguntado de qué dependen nuestras elecciones alimentarias? ¿Te han dicho que tu salud es reflejo de tus acciones individuales? ¿Te has cuestionado si la salud solo se mide por lo que comemos? 

Al hablar de alimentación y nutrición se puede ahondar en posibilidades diversas, con abordajes desde múltiples perspectivas, como puede ser la química, la biología, fisiología, antropología, sociología, historia, economía, política, entre otras, y sí, todas son válidas, sin embargo, no son materias aisladas bajo este contexto, ya que todas se interrelacionan durante el acto de comer. 

Hoy en día, hemos reducido los conceptos relacionados a la alimentación a: porciones, calorías y valores morales (“comer bien o comer mal”), principalmente.Es preciso aclarar primero, las definiciones alimentación/nutrición, que, en ocasiones, se utilizan equivocadamente como sinónimos.

 La alimentación es una necesidad biológica ineludible, estímulo placentero para los sentidos, medio de expresión, instrumento de comunicación y conexión con otros, en algunos casos elemento central de ritos, celebraciones y ceremonias; por lo tanto, es cierto que comemos por necesidad biológica, pero también por la necesidad de expresión cultural de identidad y goce de conexiones sociales, aunque en ocasiones comamos a solas, la alimentación no es un comportamiento individual.

"La alimentación es una necesidad biológica ineludible, estímulo placentero para los sentidos, medio de expresión"

Por otro lado, la nutrición, se refiere a todos los procesos subsecuentes a la alimentación: ingestión, deglución, digestión, transporte, absorción, asimilación y desecho; procesos que permean el aprovechamiento adecuado de los nutrientes. Si bien, podemos sugerir que el acto que precede a una adecuada nutrición es una adecuada alimentación, no obstante, en ocasiones, una adecuada alimentación no basta para tener una buena nutrición, ya que pueden existir, aparecer o generarse modificaciones de carácter externo al comportamiento de un individuo, ejemplo: alteraciones fisiológicas, infecciones, salud emocional y otras enfermedades de origen genético, que pudiesen relacionarse con problemas de absorción y aprovechamiento de nutrientes.

"La nutrición, se refiere a todos los procesos subsecuentes a la alimentación: ingestión, deglución, digestión, transporte, absorción, asimilación y desecho; procesos que permean el aprovechamiento adecuado de los nutrientes"

Además, una adecuada alimentación a su vez se obtiene cuando son propicios los factores del contexto socioeconómico de una persona, incluyendo sus conocimientos, saberes, creencias, costumbres, forma de vida, empleo, rol de género, cultura, ambiente físico, social, acceso a servicios de salud, educación a servicios públicos en general, entre otros, conocidos como determinantes sociales de la salud.La OMS describe los determinantes sociales de la salud (DSS) como “las condiciones socio económicas en que las personas nacen, crecen, viven, educan, trabajan y envejecen” éstas influyen en la salud de los individuos, las familias y las comunidades en su conjunto. 

De esta manera los DSS establecen el grado en que una persona tiene acceso o no a los recursos físicos, sociales y personales para satisfacer sus necesidades de salud, educación, alimentación, empleo y adaptarse al medio ambiente. Se ha demostrado que la mayor parte de los problemas de salud y de acceso a una adecuada alimentación, están vinculados de una u otra manera a las condiciones socio económicas de la población que los padece. Sin embargo, en las políticas de salud han predominado las soluciones centradas en el tratamiento de las enfermedades y prevención individualista, sin incorporar adecuadamente intervenciones sobre las “causas de las causas”, tales como acciones sobre el entorno social.

"Las políticas de salud han predominado las soluciones centradas en el tratamiento de las enfermedades y prevención individualista"

Las grandes desigualdades en cuestión de salud en general, son provocadas por una distribución desigual del poder, de ingresos, de bienes y de servicios, así como por las consiguientes injusticias que afectan a las condiciones de vida de la población, en la práctica podemos observar que, tanto en los factores de riesgo, como las consideraciones para el tratamiento de una mal nutrición, se le concede muy poca atención al ambiente social y se carga la atención en las decisiones particulares de un individuo, siendo que, el mismo adecua sus elecciones dependiendo de los factores ya mencionados que conforman su entorno.

Entonces, nuestras elecciones alimentarias traen consigo siempre limitaciones o privilegios de contexto social, que evidentemente no dependen en su totalidad de uno mismo y que muchas veces no son tan notorias, lo que las hace ser incuestionables; por ejemplo, existen limitaciones alimentarias por creencias religiosas, activismos de carácter ecológico, otras relativas al género (como creer que la mujer debe comer poco y cuidar su figura, mientras que un hombre mientras más coma, será notado más varonil), el delimitante más común que es el ingreso familiar e individual, modas e incluso situaciones de carácter emocional. 

Es esencial considerar los determinantes sociales, cuando se busque aterrizar en recomendaciones nutricionales, y más importante aún, no reducir la salud en las elecciones alimentarias basadas en calificativos de moralidad (comer “bien” o comer “mal”).

 Por LN Itzel Candiani