El concepto de estilo de vida y los hábitos alimentarios son una condición inmersa que influye como determinante dentro de la personalidad de una persona

Es un saber colectivo que consideremos a ciertas actividades cotidianas, como ,lavarse los dientes 3 veces al día o después de cada alimento, bañarse diariamente, dormir ciertas horas, tener horarios para las comidas del día, entre muchas otras,como actitudes fuertemente arraigadas, que muchas veces creemos que forman parte natural de nuestro ser por estar tan normalizadas; Los hábitos se reconocen generalmente como comportamientos aprendidos, conscientes, sociales y repetitivos, es decir que no son innatos de nuestra existencia, y en el contexto de la alimentación, estos hábitos nos conducen a seleccionar determinados alimentos,incluyendo diversos métodos de preparación y creación de platillos, enmarcados de alcances y limitaciones físicas y que bajo la influencia cultural del entorno suelen ser dinámicos.

Ya que dicho estilo se adquiere desde los primeros meses de la vida y se refuerza de manera cotidiana que permanece en constante evolución, desarrollándose en un contexto social-cultural con base en determinada región geográfica. Cabe subrayar que la alimentación, además de ser una necesidad básica, así como un placer único,es un acto social, ya que, el ser humano requiere vivir en sociedad y por ello tenemos la necesidad de los demás, adaptándonos a los crecimientos tecnológicos, perteneciendo a grupos, siguiendo tendencias y modas, entre otros.

"La alimentación, además de ser una necesidad básica, así como un placer único, es un acto social"

Ahora bien, el cambio en los estilos de vida y hábitos alimentarios, son producto de compleja sinteracciones de los fenómenos sociales que influyen en un individuo y nuevamente durante determinados periodos de tiempo, por ejemplo, se argumenta, que el cambio de los patrones alimentarios es debido principalmente a: la modernización agrícola, la inovación tecnológica en la producción de alimentos, alimentos industrializados, la crisis económica, la globalización y apertura de comercio. 

Esto quiere decir que un cambio de hábito alimentario personal, es más colectivo que individual, y aquí, estaríamos hablando también de privilegios. El acto de comer permite conexiones interpersonales, los hábitos en torno a la alimentación llevan a concebir aprendizajes biosociales, saberes cotidianos, adecuación de identidades, reconocimiento de sabores, gustos; en resumen, se enriquecen las redes sociales y se nutren las representaciones de un alimento, así como el mismo cuerpo. 

Existe también una carga afectiva al momento de consumirun determinado o determinados alimentos, lo que muchas veces llamamos “comeremocional”, y qué, pareciera ser algo negativo y algo que deberíamos evitar ocontrolar, pero es completamente natural desarrollar estas respuestas y conexionescon los alimentos por todo lo anteriormente mencionado, siempre y cuando, no exista alguna patología relacionada que perjudique el equilibrio y la salud integraldel individuo. Pero, en condiciones “normales” ¿Por qué se creó la necesidad decontrolar lo que comemos? 

"Los hábitos en torno a la alimentación llevan a concebir aprendizajes biosociales, saberes cotidianos, adecuación de identidades, reconocimiento de sabores, gustos"

En el contexto de la alimentación, estamos acostumbrados a escuchar la frase“tener fuerza de voluntad”, refiriéndose a la capacidad que tiene una persona para resistirse a ciertos “malos” alimentos, hábitos, antojos e incluso el hambre, con fines generalmente estéticos y normativos; ese falso autocontrol desconecta en muchas ocasiones las señales de hambre y saciedad, es poco sostenible, además afecta en gran medida las relaciones sociales e intrapersonales, generando incomodidad,culpa, distorsiones cognitivas y hasta el desarrollo de TCA (trastornos de laconducta alimentaria). 

"Las etiquetas alimentarias actuales influyen considerablemente al crear juicios de valor moral en la comida y en quien la consume"

Lamentablemente, las etiquetas alimentarias actuales influyen considerablemente al crear juicios de valor moral en la comida y en quien la consume, por lo anterior,es entendible que tengamos la creencia de que debemos someternos a sacrificios y restricciones para tener una mejor alimentación y salud, sin embargo, la fuerza devoluntad no es una herramienta que deba utilizarse cuando se busca mejorar o modificar un hábito, mantener una relación sana con los alimentos, cuerpo y mente, será siempre más gratificante, sostenible y saludable.

L:N Itzel Candiani 

REALICE SU CITA POR INTERNET

Contáctenos ahora para hacer su cita por internet. Nos pondremos en contacto con usted para darle más información sobre su cita.